Una noche me preparaba para una cita cuando indecisa consulté a mis dos amigas sobre mi atuendo. Una me dijo:
- Es un verdadero pecado esconder esas largas piernas. ¡Desecha el pantalón!
La otra en total desacuerdo replicó:
- Cuando entres al lugar con falda corta todos te mirarán y si él no ha llegado, mientras esperas sola sentada a una mesa, más de uno te querrá invitar con una copa.
Fue la última vez que pedí consejo al respecto.
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