Usted dice que le gusta hablar con Dios, ¿pero por qué?
Pues porque El está todo el tiempo conmigo, le puedo contar todo y siempre me escucha.
La felicito, pero yo jamás he podido soportar el hablar y que no me respondan.
El sí responde solo que con hechos y concede lo que merecemos.
¿Y como hace para discutir si no está de acuerdo con los hechos o con lo concedido?
No se discute, se acata su voluntad y si alguna recompensa no recibimos nos será otorgada en la otra vida.
Pues mire Usted, yo vivo polemizando y tanto sufro en esta vida que si hay alguna recompensa para mi la quiero ahora.
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