Abro mis ojos y recorro los metros que separan el lecho del techo. Miro hacia la ventana cerrada tratando de adivinar la hora y el estado del tiempo. Con pereza imagino los pasos que me separan de la puerta, por último mis pupilas se detienen en ti, que estás a mi lado. Tal vez deberías ser el primero entre mis ojos y el mundo que me rodea pero este techo que hoy está, mañana puede ser sustituido y esa ventana me acompaña también ocasionalmente en cambio tu estarás conmigo aunque no hayan techos ni ventanas, ni puertas distantes varios pasos, estarás aun cuando no abro mis ojos…al menos eso espero.
Hace 11 años
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